LA DIFERENCIA ENTRE NEYMAR Y CESC

Hay veces que el fútbol que emana de las botas de un jugador no es suficiente para saber con exactitud cómo es de grande ese futbolista y si vale la pena apostar por él, y en este caso, desembolsar una gran cantidad de dinero por hacerte con sus servicios.

En los casos de Cesc Fábregas y de Neymar, está claro quién es el que vale ínfinitamente más que el otro. En el primer caso, el futbolista ha demostrado un respeto asombroso hacia el club en el que se ha consegrado y en el que ha conseguido convertirse en uno de los jugadores más deseados del mundo. Cesc sabe que no va a empañar su salida del Arsenal aunque su mayor deseo sea vestir la camiseta del Barcelona. Por eso, el aún jugador gunner está agotando todas las vías pacíficas por las que salir del Arsenal como un héroe y no como un villano. El Arsenal sabe que el deseo de Cesc es jugar en el Camp Nou, pero también está dejando claro que no va a dejar salir a su estrella a cualquier precio, lo que parece lógico. Por todas estas razones, Cesc está dejando todo en manos de sus asesores y de los directivos de ambos clubes.

En la otra cara de la moneda está Neymar. El brasileño, que en un primer momento parecía que quería vestir de blanco, va dando constantes muestras de su inmadurez y de su incorrecto saber estar. Él sabe que el Madrid, el que para muchos es el mejor equipo del mundo, suspira por su fútbol, y que estaría dispuesto a pagar la claúsula de rescisión por él, una locura si tenemos en cuenta que este chico tan sólo tiene 19 años y que únicamente ha demostrado algo en la liga brasileña, una liga menor comparadas con las del viejo continente.


No contento con las idas y venidas propias de un niñato mal criado, su entorno, encabezado por su representante, presidente o cualquier voz autorizada del Santos, no deja de sorprendernos día a día sobre cuándo recalará la estrella brasileña en España: que si después del mundialito, que si en enero, que si hasta 2014 nada de nada... ¿pero éstos que se creen? Y encima, Neymar se dedica, entre gol y gol de la liga brasileña, a darle besos al escudo (sí, es donde se ha criado) del Santos; pero queda feo y da una malísima imagen ante la afición del Bernabéu, que difícilmente olvida ciertos detalles como todas las largas que le están dando a su club. Ahora mismo, dudo que finalmente Neymar llegue a Madrid, no porque no quiera Florentino, sino porque se está ninguneando como nunca a una institución como es el Real Madrid.

Futbolísticamente, los dos son muy buenos, pero está claro quién le saca una diferencia abismal al otro como persona y como profesional de este deporte.