domingo, 31 de julio de 2011

ESPAÑA-FRANCIA: LA REVANCHA PERFECTA



Seguramente, la mayoría de jóvenes de mi generación que aman el fútbol se llevaron ayer una enorma alegría al ver que nos jugaríamos con Francia la clasificación para el Mundial de 2014.

Y no es que seamos masocas, que no es así, pero lo que es cierto es que tenemos
unas enormes ganas de vendetta contra la selección francesa por las duras derrotas que nos han infringido en los últimos 15 años. En mi caso, porque aún recuerdo la falta de Zizou y el penalty fallado de Raúl que nos dejaba fuera de los cuartos de la Eurocopa del 2000, o porque también me viene presente como si fuese ayer la cara de estúpido que se me quedó cuando la selección bleu nos apeó del Mundial de Alemania 2006 en un partido que nunca se nos debió escapar.


Hasta ahí, que es hasta donde llegan mis recuerdos, puedo recapacitar sobre las veces que Francia nos ha devuelto para casa, aunque tampoco quiero olvidarme de las innumerables ocasiones en las que familiares míos han rememorado aquella fatídica final de 1984 en la que Arconada, con su monumental cantada tras la falta de Platini, dejó a España sin su segundo Europeo.

Yo quería a la selección de Blanc, deseaba que nos tocase porque hay muchas ganas de revancha. Por suerte, el fútbol ha cambiado considerablemente, y la hegemonía mundial está ahora en nuestro tejado, mientras que nuestros vecinos franceses tienen que conformarse con intentar hacer un equipo en el que los jugadores puedan saltar al campo a jugar en búsqueda de la identidad perdida desde que Zizou abandonó el barco en 2006. Por eso, éste es el momento preciso para asestar un duro golpe a los franceses y demostrarles que somos superiores futbolísticamente, y de paso, que juegen otra repesca. Somos mejores que ellos, y lo demostramos en el amistoso que se disputó en Saint Dennis en marzo de 2010, en el que ganamos por 0-2. Ahora nosotros somos campeones del mundo, y ellos nos temen más que nunca.

Aún falta mucho tiempo para que dé comienzo esta ronda clasificatoria, pero la sensación de revancha ante la llegada de ese partido nos da un aliciente más para seguir una fase de clasificación que en muchas ocasiones llegaba a resultar aburrida por el absoluto dominio de España.

viernes, 1 de julio de 2011

SUEÑOS QUE SE CUMPLEN

Seguramente, el de hoy ha sido uno de los días más felices de toda mi vida. Parece que fue ayer, pero ya han pasado casi 4 años desde que empezase mi andadura en tierras ilicitanas con la Licenciatura de Periodismo. Y siempre pensando en el objetivo de poder trabajar algún día en un medio de comunicación de deportes de los grandes. Hoy ese sueño se ha cumplido con la entrada en AS.

No quiero olvidarme de aquellas primeras prácticas deportivas con el micrófono en Radio Jove Elx con mi compañero y amigo Juanma Cañestro y de aquellos viernes de resaca en la radio de la universidad haciendo hasta una hora de retransmisión en directo. Tanto él como yo, sabíamos y nos prometíamos que algún día, por mi complicado que fuese, llegaríamos lejos en el mundo del periodismo, a pesar de los obstáculos que siempre se han interpuesto en nuestros caminos.

No es fácil explicar con simples teclas de ordenador lo que una persona puede llegar a sentir cuando atraviesa las puertas de la redacción de un periódico con la trayectoria e importancia en nuestro país como el diario As, en la que militan periodistas tan importantes y conocidos como Roncero, Manolete, Relaño, Luis Nieto, y el que será mi jefe durante estos meses, Guti, un crack del mundo del ciclismo.

Cuando te sientas en tu silla y te concentras en mirar a tu alrededor, sólo cabe en ti un orgullo inmenso al comprobar que estás trabajando codo con codo con periodistas a los que has admirado y leído durante muchos años.

Hoy comienza una aventura que durará al menos dos meses, y de la que espero aprender muchas cosas, de la que pretendo mejorar como periodista, pero sobre todo de la que espero salir siendo mejor persona. Lo más importante para mí, es que después de un año muy gris, sobre todo en lo personal, es que tanto este sueño cumplido como lo que ha ocurrido en la última semana ha sido un punto de inflexión en mi vida en el que las cosas han vuelto a su cauce y en el que te das cuenta de lo que verdaderamente es insignificante ante lo que de verdad importa.