jueves, 26 de mayo de 2011

CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA

El día de ayer sirvió para poner fin a uno de los matrimonios más fructíferos del madridismo en las últimas 3 décadas. Ayer, Jorge Valdano y Florentino Pérez hicieron pública la salida del primero del club, debido a los múltiples encontronazos verbales, sobre todo en los medios de comunicación, a lo largo de toda la temporada.

A pesar de que se las prometían muy felices ante la llegada de Mourinho, lo cierto es que las discrepancias entre ambos no tardaron en llegar. La polémica por la llegada del 9, de la no comparecencia de Mou tras la sanción de la UEFA o las ruedas de prensa en las que el entrenador portugués hacía referencias negativas hacia el director deportivo hacía presagiar que Mourinho y Valdano no iban a remar en el mismo barco para la temporada 2011/2012.


Así, y tras la decisión de Florentino de prescindir de sus servicios ante la petición de Mourinho, Valdano pone fin a su etapa en el club blanco en esta segunda época en la que también llego de la mano de Pérez. Se va del club un hombre inteligente, de buena palabra, agradable y sobre todo, sabedor de los valores del mejor club del pasado siglo.

Probablemente, Valdando no quería llegar hasta aquí. De hecho, él mismo reconoció en rueda de prensa que había intentando una reunión a tres bandas de la que Mourinho nunca quiso ser partícipe. Mourinho quería más poder, y Florentino se lo ha tenido que dar. Pérez se arriesga así, como nunca había hecho, a darle el poder total a un entrenador, algo parecido a lo que ocurre en la Liga Inglesa y a lo que ya ocurrió con el Inter de Milán y el Chelsea en los dos anteriores equipos del luso.

Pero cuidado, porque el exceso de poder no es bueno, ni siquiera para alguien que parece dominarlo todo. Esta vez, el que ha reído el último ha sido Mourinho, y por el bien de Pérez, esperemos que no tenga que arrepentirse de esta decisión de prescindir del que ha sido su escudo y mano derecha durante los últimos años.

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