La Liga, cuya cabeza quedó sentenciada hace ya algunas semanas con el alirón del Barcelona, aún nos iba a traer grandes sorpresas. Así, durante la tarde noche de ayer, nuestro campeonato regular se transformó en una especie de Jekill y Mr. Hide, personificados en el récord histórico de Cristiano y la frustración del deportivismo tras ver como su equipo volvía a los infiernos de segunda tras 20 años en la élite.
El crack portugués ha demostrado una ambición sin límites en el último mes. Tras la trágica y extraña eliminación en la Liga de Campeones contra el Barcelona, Cristiano sabía que lo único que podía conseguir este año junto con la Copa, tras los varapalos de la Liga y la Champinos, era la corona de máximo goleador, y que si apretaba el acelerador, podía incluso alcanzar el antológico récord de Zarra y Hugo, ése que todas las temporadas los periodistas se encargan de recordar cuando hay un killer que despunta en la lucha por el pichichi pero que en los últimos 20 años nadie había sido capaz de igualar.
Pero Cristiano es diferente. Es un jugador voraz, de una ambición sin límites y cuya obsesión por superarse a sí mismo no tiene fin. De hecho, ha superado el registro goleador con el que obtuvo la Bota de Oro en 2008 con el Manchester. Es cierto que a veces peca de individualista, y que no se involucra tanto en tareas defensivas como tendría que hacerlo, pero sino fuera así, Cristiano Ronaldo no sería Cristiano Ronaldo. Su pasión y su ansia en los últimos encuentros han sido un reflejo del sentimiento madridista, que no entendía aún cómo era posible que su equipo se quedase sin la final de Wembley tas las polémicas con Stark y De Bleekere. A través de su furia y de su insaciable apetito goleador, en pos de ganarle un pequeño premio a Messi, ya sea con 40 o 41 (según Marca, medio de comunicación que otorga el trofeo pichichi, el portugués se ha coronado también como mejor goleador de España y de Europa, lo que le otorga merecedor de la Bota de Oro.
Pero sin duda, lo más importante es que ha conseguido entrar por méritos propios, en la historia de la Liga como el mejor goleador de la historia de la competición. Ahora, el techo para los delanteros no será ni Zarra ni Hugo Sánchez: será el portugués el faro de referencia.
En la otra cara tenemos al Deportivo de la Coruña. En una jornada de infarto, era complicado de prever quién podría ser el que acompañase a Hércules y Almería en la Liga Adelante la próxima temporada. En mi opinión, el equipo de Lotina se sabía como uno de los candidatos más firmes a conseguirlo. El Coruña dependía de sí mismo, por lo que era difícil pensar que podía caer frente al Valencia, pero los encuentros directos entre conjuntos que se lo jugaban todo no era una buena señal para los de Lotina.
De esta manera, y con el fantasma del gol de Djukik planeando sobre Riazor, el Deportivo vuelve a segunda casi 20 años tras una época gloriosa en la que se consiguieron dos Copas y una Liga gracias a ese Súper Depor que enamoró a Europa y que en el año 2004 peleaba con el Oporto de Mourinho en entrar en la final de Champions.
Por desgracia, el fútbol es así; esa doble cara es lo que lo hace grande, lo que hace que el sentimiento por tu equipo te lleve, domingo tras domingo, a pegarte a la radio o a la televisión como si de una religión se tratase. El fútbol es un sentimiento que nos hace gozar con algo tan insignificante como un récord anotador o el último puesto de descenso de la Liga.
Una pena que haya descendido un grande e historico de nuestra liga... Esperemos que vuelva pronto!!
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