DOLOROSO TRASPIÉS

Qué difícil se hace sentarse frente al ordenador a escribir unas líneas cuando tu selección es derrotada en su primer partido en un Mundial. Parece hasta que la sangre deja de correr por tus venas, sobre todo en esos segundos posteriores al pitido final del árbitro. Miras el marcador de la televisión una y otra vez y no encuentras explicación alguna. Sí, Suiza nos ha ganado 0-1 en el primer partido. Una carambola helvética tras una ocasión clarísima de España fue la que nos ha condenado a jugárnoslo al todo o nada en los dos próximos encuentros frente a Honduras y Chile.

España nunca habría perdido este partido si la suerte hubiese estado de su lado. No sé si hubiese sido correcto jugar con un mediocentro sólo, ni si el gol suizo era fuera de juego. Lo que está clarísimo es que no es el momento de que nos inunde el pesimismo ni la desgana. Ni antes habíamos ganado el Mundial, ni ahora hemos dicho nuestra última palabra. Como decía ayer Paco González, si hay un partido comodín que podíamos perder, era éste. España sigue siendo favorita por juego, por ocasiones y porque siguen siendo los mejores del mundo. Pero ahora hay una diferencia, y es que ya no hay margen de error si queremos levantar el trofeo el día 11 de julio. Qué desafortunadas me vienen las palabras de Luis Aragonés, escondido en su silencio desde que dejó el puesto y “generoso” con las declaraciones de ayer. Habría que preguntarle a sus antiguos pupilos qué les parecen las palabras de su antiguo manager en este preciso momento.

Estoy seguro de que esta selección que nos hizo campeones de Europa aún tiene mucho crédito y es sobradamente capaz de sacar los dos partidos que le quedan. Eso sí, los aficionados disfrutaremos de un estado de emoción y de nerviosismo (algo parecido a los que seguimos en los últimos años al Real Madrid) que lidiará con el infarto en el último partido frente a Chile, donde nos juguaremos la clasificación. El próximo encuentro ante Honduras debe ser el punto de inflexión en el que España debe dar el golpe encima de la mesa y demostrar que lo sucedido ayer fue un accidente total.

El partido fue un calco idéntico al España – EEUU de las semifinales de la Copa Confederaciones del pasado año. Un vendaval de tiki taka por parte del equipo español inútil frente a un conjunto bien plantado defensivamente y que supo cómo jugarle a España. Ese partido, junto con la eliminatoria a doble partido del Barcelona y el Inter marcaron el camino de cómo jugarle a los dos mejores equipos del mundo actualmente. Hitfield, viejo rockero en estas artes, se aprendió bien el guión y salió con las ideas muy claras. Lo que sí que debería preguntarse Del Bosque es si con selecciones que se utilizan el cerrojazo es correcto optar por el doble pivote como el que saltó ayer al campo. En los próximos partidos, debería jugársela echando mano de Fábregas (al que eché de menos ayer, por lo menos en el tercer cambio) y quitando un pivote (Busquets) si quiere encontrar espacios en la casi segura defensa cerrada que utilizará la Chile de Bielsa en el último partido para defender su primer puesto.

Tan descarado y tan sublime es el fútbol que bien podría haber acabado en una victoria fácil sino hubiese sido por ese fallo en el mano a mano de Piqué, si el disparo de Alonso hubiese ido dos centímetros más abajo del palo o si el balón no hubiese rebotado en la entrepierna de un jugador suizo y posteriormente en Piqué para que Casillas no pudiera llegar a defender el 1-0. Ese quiero y no puedo es, quizá, el aspecto que más incomoda y molesta a los jugadores, ante esa posibilidad de que muchos de sus rivales opten por encerrarse atrás con el autobús debajo de la portería. Un Mundial lo gana no quien mejor juega, sino quien menos errores comete. Y no es que España cometiese muchos errores, es que perdonó demasiado con su falta de puntería y quizá de la brillantez de otras ocasiones.

Muchos equipos han empezado perdiendo sus encuentros o incluso clasificándose con 4 o 5 puntos para la siguiente fase, véase Francia o Italia en el pasado Mundial. ¿Porqué no nos va a pasar a nosotros?