LA HORA DE LA VERDAD

Por fin ha llegado uno de los días más esperados para los jugadores madridistas y para la afición. Mañana, a las 20.45 el Real Madrid tiene una misión: romper el maleficio que ha sobrevolado sobre el madridismo en los últimos años, que no es otro que no pasar de octavos en las 5 últimas ediciones de la champions. Un lustro sin llegar a estar entre los cuatro u ocho mejores es mucho tiempo para el equipo más laureado de Europa.

Hace ya unos 8 meses que Florentino volvió a coger el timón del equipo, que institucionalmente estaba en ruinas y que deportivamente estaba a años luz del mejor Barcelona de la historia, (al 2-6 me remito). En su primera comparecencia, Florentino advirtió que si había vuelto era para devolver al Madrid al lugar que había perdido en Europa, y para devolverlo del trono del que nunca debió salir. Han pasado, como he dicho, 8 meses desde aquello, y las cosas han cambiado, y por lo menos en mi modesta opinión, han sido parabien.

A pesar del Alcorconazo que dejó al madridismo y a Pellegrini muy tocados, el equipo ha sabido sobreponerse, y por fin ha sacado a relucir la calidad que se les presuponía a unos jugadores que tienen tantos quilates en sus botas como millones han costado. Kaka` se ha recuperado de su pubalgia y empieza a acercarse a lo que fue, de la mano de un Cristiano que los marca de dos en dos. Casillas no es protagonista en los partidos, y con esto sobra decir la buena labor que están desempeñando los Albiol, Ramos, Arbeloa o Garay, sin contar que Pepe, uno de los centrales más completos del mundo, lleva ya un tiempo en el dique seco y que aún le costará reaparecer. Xabi Alonso ha encontrado su sitio y Granero y Guti han dado útlimamente un aire al equipo en la posesión y el toque que al parecer era lo que buscaba Pellegrini desde un principio. Y para rematar, y nunca mejor dicho, Pipita Higuaín, que atraviesa por el mejor momento de su carrera, se ha confirmado como el 9 del Madrid, pese a quien le pese.


Esta alineación de planetas, que hasta hace 3 meses ya nadie pensaba contemplar, ha hecho que se llegue al tramo más importante de la temporada con opciones de ganar la liga (a dos puntos ya dependen de sí mismo) y a afrontar la competición en la que el Madrid es el rey de reyes. Si hay o ha habido algú momento en estos años en que el equipo pueda incarle el diente a los cuartos, ése momento es éste. Con muchos de los mejores jugadores del mundo en el equipo base y con un juego que empieza a deslumbrar, se avecina un final de temporada trepidante. Sin duda, una victoria ante el Lyon en su feudo (este equipo ha sido verdugo y símbolo de las devacles europeas madridistas de los últimos años) sería un golpe importantísimo encima de la mesa. Ha llegado por fin la hora de la verdad.