Tras los primeros 40 minutos, en los que el Madrid salió con Robben y Cristiano como puñales en las bandas, el equipo no funcionó, y la salida de Granero, que sustituía a un Robben que se volvió a lesionar, cambió el equilibrio y el perfume que desprende este equipo.
El equipo, con Guti y Gago en el centro del campo, y con Higuaín un tanto perdido arriba, no funcionaba y parecía nervioso y sin ideas. Mucho tendrán que espabilar estos jugadores si quieren tener minutos, porque con la entrada de Kakà, Alonso o Granero, Gago y cia serán carne de banquillo.
Una vez salió Granero, y a pesar de que quedara un poco escorado en la banda derecha, cambió totalmente al equipo. El pirata tiene la facultad de mirar tanto a su portería como a la contraria, cosa que hace funcionar mejor al equipo. A Pellegrini le gustan estos jugadores que pueden jugar en cualquier posición del medio campo, (léase Cazorla o Pires) y Granero lo sabe. El chico es de la cantera, joven y tiene muchísima calidad. Está marcado a ser uno de los jugadores más importantes de este equipo, aunque llegue Xabi Alonso, puesto que pueden jugar juntos.
Pero el que consiguió cambiar el marador fue Cristiano Ronaldo. El portugués se marcó una jugada de la casa, una de esas por las que demuestra porqué vale 96 millones de euros y porqué muchos le han bautizado como el deseado. Tras diblar a dos jugadores, fue derribado dentro del área y el árbitro pito un penalty que él mismo convirtió.
El segundo tanto lo anotó Granero, tras un rechace del portero tras un disparo potente de Cr9.
A todos los madridistas nos gustó la segunda parte, porque el equipo, como dice Pellegrini: " va asimilando las ideas" y tiene eso que tanto le gusta al Bernabéu y que hacía tanto tiempo que no veía. Otra vez cracks y cantera. Justo lo que prometió Florentino.
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