Los adictos al fútbol tenemos genéticamente un problema muy serio. Siempre hay partidos de los que nos acordamos eternamente, de los que simplemente con leer el nombre en el periódico del antecedente de la eliminatoria, nos trae a la cabeza el momento y el lugar exacto en el que disfrutaste de un encuentro.
En este caso, y con motivo del Alemania-Italia de este jueves, recuerdo como si fuera ayer mismo, con mi vaso de limón granizado en una terraza del paseo de Cullera, como un joven italiano, melenudo y con aires de guaperas, puso un magistral balón al lateral Fabio Grosso para que éste anotara el tanto que llevara a Italia a la final del Campeonato del Mundo de 2006 ante a Alemania. Sí, por aquel entonces, Pirlo destilaba quilates en sus botas con la misma brillantez con la que está llevando a la azurra al compás de su juego en este torneo.
No sé si sería por los nervios de los instantes finales de la prórroga, o porque estaba rodeado de italianos en frente de una pantalla gigante que ocupaba todo lo ancho del paseo de la playa, pero el caso es que celebré ese tanto como si hubiese sido un gol de España.
Aquí os dejo esos bonitos 6 minutos. Seguro que vosotros también os acordáis de dónde disfrutasteis de este partido.
http://www.youtube.com/watch?v=wrJ81ezdL28
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