Hoy vuelve a sonar la música de la Champions en todos los grandes estadios de Europa. Una nueva edición en la que el Barcelona defiende título y en la que de nuevo el Madrid es el otro gran aspirante, seguido de Manchester United, Manchester City, Inter de Milán... pero ¿qué pasa con el Chelsea?
Muchos ya no se acuerdan de los de Londres a la hora señalar a los favoritos. Ya son dos años sin llegar a semifinales, y eso, para un equipo como el de Abramovich, gestado y construido para ganar la orejona, es una losa que pesa demasiado. La decadencia de sus grandes estrellas del último lustro se ha traducido en un cambio del papel que había tenido el Chelsea en las últimas ediciones, donde siempre ha acudido como máximo favorito.
Sin embargo, los aficionados al equipo blue, no deben estar preocupados: yo creo que les puede beneficiar esta nueva función de tapado en esta edición de la Liga de Campeones. El conjunto que dirige Villas Boas se encuentra en una fase de transición, similar a la que sufrió el Madrid en el primer año con Pellegrini. Tras la marcha de Ancelotti y un triste año sin títulos, se han incorporado grandes refuerzos como Torres, David Luiz, Ramires, Lukaku, Romeu o Mata ante el paso de los años de la vieja guardia.
El Chelsea ya no es la apisonadora que era antes, pero si las nuevas incorporaciones se acoplan bien al equipo y si la idea que tiene Villas Boas de juego consigue tener éxito, los de Londres lo pondrá muy difícil a los grandes favoritos de la Champions.
Hay que tener motivos para la esperanza. Mirando hacia la competición regular, el arranque en la Premier está siendo satisfactorio. Con 10 puntos, tercero en la clasificación y a dos de los intratables City y United, los de Villas Boas no han mostrado las suficiencia en su juego ante rivales más débiles como en años anteriores, pero los destellos de calidad de sus estrellas han bastado para que el Chelsea llegue a una semana clave como ésta, en la que debuta en Champions y se enfrenta al United en la Premier, en un buen momento de forma y confianza. Sin duda, una victoria en Old Trafford este fin de semana serviría para revertir la situación y ese nuevo papel de incertidumbre que se ha instalado en Stamford Bridge.
En este contexto, las miradas se centrarán otra vez en Fernando Torres, que sigue sin mostrar la versión que enamoró a todo el mundo en Liverpool, y que, ante la continuidad de la sequía de goles que atraviesa, es posible que el de Fuenlabrada tenga que reinvindicarse saltando al campo desde el banquillo. Todo lo contario que Mata, un fijo para el míster desde que llegó del Valencia y que se ha ganado el cariño de la afición en un par de partidos.
Excelente reporte.
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