SE ACABÓ LA MALDICIÓN: ESTAMOS EN SEMIFINALES

No tengo palabras para describir lo que siento. Hoy, sencillamente es uno de los días más felices de mi vida.

Desde que tengo uso de razón, siempre había soñado con ver a España pisotear ese malfario que nos acosaba desde tiempos ancestrales. Recuerdo que en una entrevista a Antonio Banderas, el popular actor español dijo que no quería morirse hasta ver a España levantar una copa del Mundo. Pues hoy, ese sueño cada vez está más cerca.

No voy a enrrollarme mucho, porque repito, lo que pueda escribir ahora son balas de fogueo que no representan la tremenda felicidad que siento. Ver a España encuadrada en unas semifinales de un campeonato del Mundo es algo maravilloso, inverosímil y todo un placer con el que he soñado desde niño. Pese a que el España-Corea fue hace 8 años, ese sentimiento de impotencia no se me había olvidado. Recuerdo la cara de tonto que se me quedó sentado al lado de mi abuelo cuando Al Gandour nos echó del Mundial de 2002. Antes, mi tío me había dado una lección de sufrimiento y de desgracias históricas comentándome y recordándome que un tal Tassotti o un tal Eloy Olaya, habían impedido por h o por b que llegásemos al penúltimo obstáculo para levantar la copa.

Años y años de decepciones mundialistas han finalizado hoy, día 3 de Julio de 2010. Hoy, el fútbol le ha devuelto a España ese lugar en la historia, ese emplazamiento que le debía desde hace mucho tiempo y que por fin, gracias a Villa, a Casillas y a todo una generación increíble de jugadores, hemos pasado a semifinales. Sí, lo escribo y aún no me lo creo, estamos en las semifinales de un Mundial. Y el sueño todavía no ha acabado, porque lo mejor está por llegar.