LECCIÓN DE COMPETITIVIDAD

4-0, y sin despeinarse. Toda una lección de competitividad del Barcelona. Y de ahí muchos podrían tomar ejemplo. Ostentados en un gran Messi, los de Pep acceden sin problemas a cuartos de final de la copa “orejona”, demostrando que ellos no fallan en las grandes ocasiones.

La baja a última hora de Xavi tenía a los aficionados blaugranas con la mosca detrás de la oreja, pero ya se sabe que en este equipo, si se cae un jugador clave en el engranaje, enseguida sale otro desde la banca que es capaz de hacerlo tan bien como él. El Stuttgart no es un Manchester ni un Chelsea, pero la sensación que trasmite este Barcelona de volver a revalidar su título de campeón europeo no se la quita nadie. En sus filas cuentan con el balón de oro del pasado año y con algo de lo que carece el Real Madrid: competitividad. Ése plus que te hace rematar un partido cuando las cosas se ponen feas, o el saber manejar una eliminatoria a doble partido, el dormir el encuentro cuando toca… son cosas que en este preciso momento no tiene o no sabe hacer el Real Madrid. Y quizá habría que darle tiempo a un proyecto, credibilidad a un entrenador, o tiempo a unos jugadores que, aunque sean de lo mejor que hay ahora mismo en el mundo, necesitan un periodo de adaptación.

Me da pena que haya un señor que no deje ni una pizca de tiempo al Real Madrid, un señor que en su afán por vender periódicos y hacer dinero se ha convertido en una máquina tritura entrenadores, presidentes y jugadores del Real Madrid. Os pongo un ejemplo; titular de MARCA cuando se vendió a Robben: BIEN VENDIDO. Y si me pongo a tirar de memoria, creo que tan sólo una semana atrás, ya nos olemos la carnicería que Inda que está emprendiendo contra Pellegrini e Higuaín. Y no parará hasta cargárselos. Yo, si fuera Higuaín, le dedicaría los goles al susodicho director cuando me tocase celebrarlos.

Más allá de lo que queda aquí en España, qué voy a decir de las sorpresas que nos han deparado éstos octavos de final. La única conclusión que se puede sacar es que si hay un equipo que es capaz de plantar cara al Barcelona, ese es el Manchester. Y tampoco, porque el año pasado ya pudimos ver lo que ocurrió en la final. Ni siquiera el Chelsea, el equipo físico por excelencia, el a priori gran favorito, pudo con su antiguo mentor (ahora en el Inter), José Mourinho. El portugués ha visto cómo ha pasado de tener una primera fase de infarto, a estar presente con su equipo en el bombo para unos cuartos de final en los que también estarán encuadrados el CSKA, el Girondins y Lyon. Nadie, o muy pocos, apostaban a que a estas alturas, éstos 3 continuarían en la competición. Luego tenemos a Arsenal y Bayern, los eternos aspirantes. Los de Wenger, con un juego brillante, vienen de dejar en la cuneta al Oporto con un 5-0 en la vuelta, mientras que el Bayern, con unas bandas de ensueño (Robben y Ribery) intentará no cruzarse con el Barcelona, no sea que les vuelva a pasar lo del año pasado.

El camino queda bastante despejado para los de Guardiola, aunque siempre puede haber alguna sorpresa. Lo dudo mucho, teniendo en cuenta la motivación que puede suponer ganar la cuarta en el Bernabéu.