KAMIKAZE

Como un kamikaze al que no le importa inmolarse a sí mismo, el Real Madrid estuvo a punto ayer de sacrificar “un cuarto de liga” como dijo ayer Guardiola en el Bernabéu frente al Sporting. Por suerte, a veces las bombas que uno lleva pegadas al cuerpo no terminan de activarse y es en ese preciso momento cuando el equipo saca a relucir la asombrosa pegada que posee en sus piernas. Un 3-1 puede ser muy engañoso para alguien que no ha visto el partido, en el que se volvió a evidenciar que mucho tendrá que cambiar el Madrid si quiere seguir manteniendo el liderato las once jornadas que quedan si quiere ir a la Cibeles en mayo.

Hoy me gustaría darle un tirón de orejas a Pellegrini (ojo no voy a entrar en el juego sucio de nuestro querido Inda) y es que no me gustó nada el planteamiento que propuso ayer, o mejor dicho que dejase a Guti en el banquillo, sabiendo que quizá el Sporting se iba a encerrar atrás y lo que iba a costar era abrir la lata. Ni Granero ni Lass pasan por su mejor momento y creo que ayer Pellegrini debería haber apostado por Gago y Guti, que bien es cierto que aunque no sean de mi agrado, ayer podrían haber aportado más que el canterano y el francés, que volvieron a estar discretos en su actuación. Guti es uno de los hombres que tiene la capacidad de dar el último pase entre la línea media y la delantera, y ayer eso se echó en falta. Ya entraré a valorar esta semana el papel de Granero, pero creo que tampoco ha dado lo que se esperaba de él, y eso que minutos ha tenido. Por otra parte, Lass ha ido de más a menos desde su llegada a Madrid. Ya veremos qué pasa en junio con los dos.

En lo que se refiere al encuentro, ya es habitual que los aficionados que van al Bernabéu disfruten de la pájara que sufre normalmente su equipo en los partidos (frente al Lyon en la segunda parte, por ejemplo). En ésta ocasión y tras una primera parte horrible, tuvo que ser un gol de Barral (en fuera de juego) el que hiciera reaccionar a los de Pellegrini, que empataron el partido de la mano, y nunca mejor dicho de Van der Vaart. El holandés controló el rechace de una falta de Cristiano con las manos pegadas al cuerpo, por lo que el gol debió ser anulado.


Solamente dos minutos después Xabi Alonso remató sin oposición ninguna un remate de Cristiano en línea de gol, lo que suponía el 2-1. El Madrid se había encontrado con la remontada en dos minutos sin comerlo ni beberlo, a merced de un Sporting que aunque bien es cierto que salió al contraataque, puso en apuros a Casillas con alguna que otra contra que podría haber acabado en gol. Después fue Higuaín el que volvió a encontrarse en su habitual cita con el gol, lo que es ya su vigésimo tanto en la Liga, a tan sólo dos goles de su compañero en la selección argentina, Lionel Messi. Otro aspecto que quisiera destacar del encuentro es que quizá noté un poco nervioso a Cristiano por marcar; está bien que tenga ese afán de superación y de anotar algún gol en todos los partidos, pero al chico no sólo le cuesta, sino que le duele marcharse a las duchas sin marcar.

Ahí se acabó el partido. El Madrid siegue líder y toca esperar a que el Barcelona pinche hoy, o, como digo siempre, debería decir a esperar el Madrid-Barcelona, porque esta liga, aunque a muchos nos duela, se decidirá en el Bernabéu en el Gran Clásico.