martes, 7 de agosto de 2012

BOLT SIGUE SIENDO BOLT


Desde aquel 16 de agosto de 2009 en el que Bolt reventó todos los registros posibles en el Mundial de Berlín, el camino para repetir la hazaña de los JJOO de Pekín con un nuevo Oro en los 100 metros de estas olimpiadas ha sido una agotadora carrera de obstáculos para él. Sus problemas musculares en la espalda, su falta de mejora en la arrancada, la irrupción de su compatriota Blake y su fracaso en Daegu (donde fue descalificado), hizo que muchos creyesen que el relámpago había perdido esa impecable supremacía que le hacía inalcanzable para cualquier otro atleta del planeta.

Pero Bolt es diferente al resto. Tiene algo que le hace estar a la altura de los grandes deportistas de la historia como Phelps, Íker Casillas o Michael Jordan, al ser poseedor de un gen competitivo que le hace aparecer cuando más se le espera y necesita. Así, y como ya ha ocurrido en otras ocasiones, el jamaicano siguió sumando primeros puestos en las rondas previas a la final con una excesiva tranquilidad que hacía presagiar que lo mejor estaba por llegar.



Y efectivamente, Bolt volvió a sorprender a todo el planeta con un nuevo récord olímpico (9,63 segundos) que mejoraba en 6 centésimas su anterior registro olímpico en Pekín. “Voló” durante los 100 metros hasta alcanzar una velocidad de 45 kilómetros por hora. Sin embargo, hubo una enorme diferencia respecto a la prueba que se disputó en el estadio “Nido de Pájaro” de Beijing: Bolt tuvo que emplearse a fondo, y esta vez no pudo bajar los brazos ni mirar hacia los lados celebrando una nueva victoria. La dura competencia de Blake, Gatlin o Gay demostró que, pese a que Bolt sigue estando por encima de sus rivales, su superioridad ya no es tan aplastante. Se podría decir que sigue siendo el mismo, pero ha pasado de ser un extraterrestre a ser sobrehumano.

Es por eso que el relámpago sigue agrandando su leyenda. Esa por la que se le recordará en los Anales de la historia del olimpismo como el atleta que rozó la perfección y el que rompió todos los récords habidos y por haber, un portento físico que cercó los límites del ser humano (los 9,50 segundos) que, según los expertos, ningún hombre logrará batir jamás en una carrera de 100 metros. ¿Su siguiente reto? Conseguir un nuevo Oro en la prueba de 200 metros q permita igualar los 5 oros que consiguió el finlandés Nurmi en los JJOO de París´24. La cuestión es saber si esta vez logrará también batir su propio récord en esta prueba.

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