Después de la humillante caída de Italia en el Mundial y de la nueva convocatoria de hoy de Prandelli, la Italia futbolística se abre paso en una nueva e indecisa etapa. Todos estos acontecimientos futbolísticos que están afectando al país transalpino, me confirman que, aunque tan solo he podido disfrutar de 4 mundiales, éstos han sido los suficientes para darme cuenta de que a través de éstos se llega y se cambia la actualidad futbolística no ya de un equipo o de un número x de futbolistas, sino de todo un país.
Y en este caso, el Mundial de Sudáfrica 2010 ha tenido consecuencias atroces para muchas potencias futbolísticas. Si nos ponemos a señalar, con nombres y apellidos los grandes fracasos de este Mundial, está claro que todas las miras acaban en el viejo continente, en la frágil económicamente y antes temida Europa. Dentro del ojo del huracán que ha sido este Mundial, hay dos países que han destacado por encima de sus tocayos europeos por lo sorprendente de sus fracasos: Francia e Italia. La azurra, por ser la anterior campeona del mundo, estaba obligada a realizar un mejor papel en Sudáfrica, y su balance después de este mes de constante fútbol es de ridículo.
2006. EL PRINCIPIO DEL FIN
En primer lugar, me gustaría dar un salto en el tiempo y analizar todo lo que ha ocurrido con los azurra en los últimos cuatro años. Como sabréis, la cuatro veces campeona del mundo no se ha caracterizado nunca por hacer un juego vistoso para el espectador ni tampoco ha asegurado goles en su cuenta para lograr triunfos. De esa manera tan poco gustosa pero efectiva logró coronarse como campeona del mundo en Alemania hace cuatro años.
Después de una dura primera fase, en la que tampoco brilló, se hizo con el pase a octavos evitando a Brasil al ser primera de su grupo. En octavos y cuartos, dos peritas bien dulces: Australia y Ucrania, a las que ganó por 1-0 no sin líos arbitrales de por medio. En semifinales, Italia doblegó justamente a Alemania por 0-2 con un partido, esta vez sí, digno de una semifinal de un Mundial. El golazo de Grosso tras ese magistral pase de Pirlo dejó a los alemanes de nuevo con la miel en los labios. Y en la final frente a Francia, 1-1 y a esperar a los penaltis. De esta manera tan fea pero efectiva Italia su campeonato del mundo, con un bloque muy defensivo, pero eso sí, competitivo como siempre.
El big bang en el fútbol del país transalpino llegó tras el triunfo del Mundial. Lippi creyó que su ciclo se había acabado y dejó la azurra para dejar paso a Donadoni, y aunque el nuevo técnico tuvo el privilegio de encontrarse con una escuadra campeona, muchos de ellos se encontraban ya en el ocaso de sus carreras deportivas, con una media de edad que superaba en muchos de ellos la treintena de años. Junto a este factor, creo que la motivación debía haber sido otro añadido a trabajar por el nuevo técnico, en un grupo en el que mantener el hambre de triunfos iba a ser complicado. Nombre por nombre, Cannavaro, Grosso, Pirlo, Buffon, Toni, Del Piero, Totti o Zambrotta no aseguraban un equipo a medio plazo y Donadoni tuvo que hacer frente a una transición deportiva sin tener grandes nombres a los que poder acudir.
De esta manera, se llegó al campeonato de Europa, donde cuajaron una triste primera fase (como siempre) pero en la que cayeron con toda justicia en cuartos de final contra España. Esta vez, la suerte no les fue favorable y se fueron para casa en los penaltis, terreno que en que los italianos se movían como pez en el agua. Si la Eurocopa de Austria y Viena fue el punto de inflexión para el comienzo de una época dorada para el fútbol español, para Italia fue la continuación de una horrible pesadilla.
LIPPI PARA RECONDUCIR EL RUMBO
Después de este fracaso, la federación italiana acudió a la experiencia de Lippi para acudir al compromiso pasajero de la copa Confederaciones, donde Italia cayó en la primera fase en un grupo encuadrado con Brasil, Egipto y EEUU. La campeona del mundo volvió a repetir los errores de la Euro y tampoco supo dar con la fórmula mágica para devolver algo de juventud a un bloque que seguía siendo viejo y ya no tan competitivo como en 2006. Cannavaro destacó que lo importante era la copa del mundo tras la Conf Cup y que esto sólo había sido una toma de contacto. El capitán se equivocó.
SUDÁFRICA DA EL GOLPE DE GRACIA
La llegada de la copa del mundo trajo de nuevo la euforia a los italianos, que veían en su condición de campeones y en su asequible grupo, una razón de peso para poder ir avanzando rondas en el torneo. Antes, Lippi había conseguido poner en su contra a todo el país dejando fuera de la convocatoria a jugadores de peso como Cassano y Totti que le podían haber sacado de más de un aprieto en el torneo. Ante eso, optó por jugadores poco consagrados y con una capacidad técnica más limitada con los que esperaba conseguir esa transición buscada en estos últimos años.
En el primer partido, Paraguay les puso las cosas muy complicadas, dejando en evidencia a una Italia que ya no contaba con sus viejas glorias y sin Pirlo, su motor en el centro del campo. El ridículo llegó frente a la selección más débil del torneo, Nueva Zelanda, a la que solamente pudieron sacar un empate. Dos empates y poco brillo, aunque era más de lo mismo que en otros campeonatos. El momento clave llegó frente a Eslovaquia y ahí los italianos volvieron a fallar. Ni Pirlo recuperado ni Guagliarella pudieron doblegar a una selección debutante que les sacó los colores yendo todo el partido por delante en el marcador.
Las lágrimas de toda la nueva hornada de futbolistas italianos, conscientes del ridículo que habían hecho ante todo el mundo, reflejaban el sentir de un país acostumbrado a ganar. Todo ello en un año en el que el Inter se había erguido como campeón de Europa de clubes, aunque bien es cierto que los neoazurris no contaban casi con jugadores italianos en sus filas.
LA DIFÍCIL TAREA DE PRANDELLI
Ahora, con Cesar Prandelli al frente a la nazionale, Italia tiene abierto un nuevo frente, quizá uno de los más complicados de su historia, puesto que no será fácil volver a dotar de calidad, juventud y de futbolistas determinantes a una selección a la que precisamente le ha faltado eso. Así se le presenta el panorama al nuevo míster, que no lo tendrá nada fácil para devolver a Italia a la primera línea del fútbol mundial, lugar que, volvemos a recordar, ocupa felizmente nuestra selección española y que los italianos abandonaron de una manera fugaz tras el éxito de 2006.
El nuevo y difícil ciclo ha tenido hoy su primer episodio con la nueva convocatoria Italiana para un amistoso frente a Costa de Marfil, en la que solamente repiten 9 jugadores que disputaron la fase final del Mundial. Jugadores que, en el mismo día de la convocatoria, ya han traído la polémica, pues en Italia la convocatoria de jugadores no nacidos en aquel país, ya se llamen Amauri o Balotelli, no es mirada con buenos ojos. Es una revolución total.
¿Será la Eurocopa de Polonia y Ucrania testigo del resurgir de la ganadora Italia?
Muy a mi pesar, gran retrato de mi querida selección italiana, no sé por qué pero me encanta esa selección, será porque nunca ha presumido de jugar bien (es paradójico porque a mí me gusta más el estilo de toque hasta la exasperación).
ResponderEliminarLo de Amauri, aparte de no ser italiano, este año tampoco se ha salido, y Balotelli, creo que sólo le falta quitarse el mal genio que se gasta.
A ver si tiene suerte Prandelli, que convoque a Cassano y creo que le irá bien
saludos