domingo, 7 de marzo de 2010

ESTO ES EL MADRID


Hace dos semanas, tuve la suerte de poder asistir al Bernabéu para ver el al nuevo Madrid de Florentino. El Villareal se llevó 6. Goles, fútbol... pero faltaba algo, esos latidos en el corazón que te ponen a 1000 por hora. Justo lo que se vivió ayer en el Bernabéu.

Porque si el fútbol fuese justo, ni Grecia habría ganado la Eurocopa, ni el Sevilla se habría ido ayer con tres goles encajados ni dos anotados. La mala suerte de Xabi Alonso, que con su gol en propia puerta y su falta de entendimiento con Casillas, propiciaron que el marcador marcara un 0-2 y que los madridistas, una vez más, nos acordásemos de la madre de alguno por que no íbamos a ser líderes, aún habiendo pinchado el Barcelona. Pero claro, a veces se nos olvida que ESTO ES EL MADRID, y que en su ADN, las palabras épica, casta, orgullo y lucha, están grabadas a fuego. Y sino, que se lo pregunten a Capello.

El Madrid tiene una gran diferencia con respecto a los años anteriores: calidad y desequilibrio. Eso está más claro que el agua, pero posee otra característica que siempre ha llevado en su escudo y que le hizo ganar ayer al Sevilla. Cualquier otro equipo ayer, con un 0-2, se habría conformado con esas dos bofetadas y habría esperado a que Iturralde pitase el final. Pero ayer no era noche para eso. El Bernabéu, y sobre todo, los jugadores, sabían que una victoria (o remontada) en tales circunstancias, sería un golpe de efecto en la Liga y serviría para adquirir una tonelada de moral para el partido más importante de la temporada, este miércoles en el mismo escenario frente a los "leones" franceses.

Y entonces salió Guti, como en la liga de Capello, y todo cambió. 30 minutos de ensueño. Porque Guti es como el atleti, que es capaz de lo mejor y de lo peor, y ayer, por suerte, fue lo primero. Con él en el campo y con su fútbol, Higuaín sorteaba cada vez más rivales, Ramos y Marcelo parecían extremos a la vieja usanza, y Cristiano estaba más suelto. El portugués acortó distancias con un balón suelto, y al poco rato, Ramos, empataba con una dedicatoria a sus amigos los presidiarios de la prisión que ha visitado esta semana. Faltaban 20 minutos, y los madridistas teníamos cada vez las pulsaciones por las nubes, porque durante ese tiempo, entre Guti e Higuaín, se efectuaron hasta 3 disparos a los palos. Pero no había manera. El balón no entraba, el Sevilla estaba encerrado en su área, y el 2-2 dejaba las cosas a dos puntos.

Y llegó Van der Vaart, el que un día iba a ser desterrado de Chamartín, que agarró un balón suelto que había dejado Palop para volver loco al Bernabéu, a los madridistas de toda España y a él mismo. 3-2, y un gol que bien vale un liderato, y algo más para el partido del miércoles, estoy seguro. Curiosa imagen la que se dio al final del partido, con todos los jugadores abrazados en el círculo central; va a ser que este equipo es algo más que individualidades. Lo de ayer fue el presagio de que esta temporada puede pasar algo grande. Pero por favor, no más días como el de ayer, no queremos sufrir tanto...


PD: Kaka, vuelve contra el Lyon... Ayer volviste a desaparecer...


2 comentarios:

  1. Lo que es la leche es que encajamos dos goles por fallos nuestros, no aciertos del rival. Esto en Champions no puede suceder.

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  2. el madrid hace años que dejo de jugar bien pero no deja de armar grandes equipos y propina goleadas fantasticas y triunfos epicos como el de ayer, es el equipo en historia mas rico del mundo y si el madrid esta bien, hoy en dia el barsa no tiene nada que hacer, confio tambien en su futuro en champions, el lyon como dices tu, no tiene ninguna chance de salir vivo del bernabeu, se van a cerrar atras y como sea de tanto ir, el madrid va a marcar y luego espero un vendaval, me gusta mucho tu blog, te invito a visistar el mio si te interesa, un saludo

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