martes, 29 de junio de 2010

PASAR DE CUARTOS: BENDITA LOCURA


Soy un enfermo del fútbol. A menudo, mi amigo Nacho me lo recuerda. Pero no lo puedo evitar. Ya entro en el delirio total cuando el Mundial da el pistoletazo de salida, y ya casi llego al éxtasis o al borde de la locura cuando veo que la Roja tiene posibilidades de hacer algo más allá de la primera fase. Ahora mismo, a menos de 24 horas de que comience el España-Portugal, estoy para que me de algo.


Esta tarde noche, sentado en el sofá y dando gracias a dios de que no nos vayamos a encontrar a Brasil en cuartos, me ha venido a la cabeza ese trágico partido frente a Francia del Mundial de 2006. Sí, al igual que mañana, unos octavos de final. He ahondado un poco más en mi memoria preguntándome cómo era posible haber perdido ese partido. Con un equipo prácticamente igual al que saldrá mañana, pero con cuatro años más de fútbol a sus espaldas (los únicos ausentes son Pablo, Pernía, Raúl y Cesc en el banquillo), la selección española sufrió un batacazo quizá debido a su falta de competitividad y a errores tácticos puntuales, pero ante todo haciendo vislumbrar un juego y un estilo que a corto plazo nos iba a convertir en los mejores del mundo. Creo que ese partido, junto con el de Irlanda del Norte, fueron el antes y el después de lo que es ahora nuestra selección. Y no es que fuéramos tan malos como para no llegar a cuartos, pero es que nosotros no íbamos a ser los que jubilásemos a Francia, por mucho que MARCA se empeñara.


Hoy, tras cuatro años de interminable espera, volvemos a estar en unos octavos de final con un optimismo mucho mayor al de otras ocasiones. Si hay algún momento de la historia del fútbol español en que el equipo nacional esté capacitado para hacer algo grande en un Mundial es éste. Está claro que la Roja no está desplegando el mismo fútbol que maravilló al mundo en la Euro, pero hay muchísimas similitudes y ante todo un equipo con hambre y muchísimas ganas de hacer historia. Lo de Suiza nunca debió suceder, y como el fútbol es así, luego contra Chile nosotros tuvimos dos y las metimos. Se siente.


Y ante todo, seamos sinceros: Zidane no es Cristiano. O por lo menos, el portugués está a años luz de ser lo que fue un día el francés para poder hacer él solito que España se vuela para casa. CR7 es el faro del equipo que alumbra a un barco carente de la calidad que ha poseído Portugal en competiciones anteriores. Si a eso le sumamos el horroroso juego que ha desplegado Portugal con un rácano planteamiento, España es la clara favorita para mañana. Tengo la vaga sensación de que mañana veremos en el campo algo parecido a lo que sucedió con Suiza. Queiroz sabe que salir como lo hizo Chile es un suicidio, y, como ya se ha apuntado desde varios medios de comunicación, el mozambiqueño ha ensayado con un 4-5-1 y los lanzamientos de penaltis, para ver si cae la breva y se llega a la lotería de los 11 metros.


Nosotros contaremos de nuevo con nuestro criticado doble pivote al 100%. Xabi Alonso podrá jugar, y esta vez sí, tendrá un compañero que le cubra las espaldas, no como hace 4 años en Berlín. Después , Paraguay o Japón nos podrían esperar en cuartos. Sinceramente, si España no logra pasar a semifinales es que no merece ganar el Mundial, porque ni Portugal, Paraguay ni Japón deben ser rivales para la Roja, aún estando los de Del Bosque al 70%.


Lo dejo aquí, contando las horas para que comience a rodar el balón. Esta noche, abrazaré con fuerza la almohada y rezaré para que sigamos vivos. Después de todo, cuatro años son muchos para volver a luchar por estar entre los 8 mejores.

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