martes, 5 de abril de 2011

ÉSTE ES MI MADRID: 4-0 Y PIE Y MEDIO EN SEMIFINALES


Es el sabor de las grandes noches europeas, el de las que se vivían en el Bernabéu cuando en un tiempo no muy lejano, el Madrid era el club más respetado de Europa, el que hoy han saboreado en su paladar todos los aficionados del Madrid. Y para devolver al club blanco al lugar al que le corresponde y que nunca debió abandonar, los de Mourinho han firmado, en una noche sensacional, un brillante partido con un abultado resultado de 4-0 por el que puede asegurarse una vuelta un tanto más plácida y menos complicada de lo que todos hubiésemos pensado en un principio en Londres.

Salió el Madrid en tromba, sabeedor de las defienciencias del conjunto inglés en los primeros minutos. Así lo entendió Adebayor, incombustible durante la primera parte, que abrió el marcador con un buen cabezazo en un córner. Fue sin duda el jugador TOP del partido. Luego llegó la tarjeta roja para Crouch, lo que hacía presagiar una noche plácida para el Madrid. Pero no fue así, lejos de agazaparse, el Tottenham se vino arriba y el Madrid se creyó más que nunca algo que no había conseguido: encarrilar la eliminatoria. Ramos se las tuvo de vez en cuando con Mourinho por las lagunas defensivas del sevillano: en un despiste suyo, Pepe se ganó la amarilla que le obligará a perderse la vuelta por acumulación de tarjetas tratando de parar a Bale en una de sus cabalgadas.

Por suerte, el marcador no se movió hasta la segunda mitad, cuando de nuevo Adebayor anotó con un magistral testarazo el gol que daba la puntilla a los de Redknapp. En esas, el Tottenham ya sentía perdido a Bale en la banda izquierda y tampoco buscaba a un Modric que bien parecía haberse quedado en Londres porque en el césped no se le vio. Por parte del Madrid, Alonso empezó a carburar y a engrasar la maquinaria blanca, apoyado en un (de nuevo) gran Marcelo y en Di María, que demuestra partido a partido que será un jugador muy a tener en cuenta en el futuro. Por contra, no fue el mejor partido de Ozil, que se perdió un poco entre las dos murallas de jugadores del Tottenham delante de Gomes. Cristiano también descubrió lo que es evidente: jugar infiltrado no es bueno ni para él ni para el Madrid; el Bernabéu espera a la mejor versión del portugués para este fatídico tramo final de la temporada.

Fue el mismo número 22 argentino quien, con un zurdazo espectacular que se coló por toda la escuadra, anotó el 3-0 que trajo el éxtasis al Bernabéu. Un estadio que aún tuvo tiempo para silbar a Kaka y a sus misteriosas lesiones y a celebrar el 4-0 tras una volea de Cristiano Ronaldo tras una buena asistencia del 8 blanco.

Podrá pasar cualquier cosa en semifinales, pero lo que está cada vez más claro es que con Mourinho el Madrid ha recuperado algo que había perdido hace mucho tiempo y que se ha ganado en estas dos eliminatorias frente a Lyon y Tottenham: el respeto en Europa con una goleada de ensueño.

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