sábado, 25 de agosto de 2012

¿POR QUÉ VAN A POR XABI?

Si hace pocos días la noticia sobre la no renovación de Xabi Alonso con el Madrid fue el primer ataque contra el centrocampista vasco, hoy, Mundo Deportivo confirma en su web que es el "cerebro" madridista el jugador que más animadversión suscita entre los integrantes del vestuario culé.

El autor de dicha información, Juan José Pallás (lo escribo en castellano porque suena mejor), cita textualmente en la noticia: "Xabi Alonso es el jugador que más odio provoca en el vestuario por una serie de episodios, algunos físicos (pisotones, patadas reiteradas), otros verbales inconfesables, de los que no se olvidan".


¿Dónde están las fuentes? ¿Es casualidad que sea justamente a unos días de la vuelta de la Supercopa la prensa catalana vuelva a calentar el ambiente para incendiar los ánimos de dos conjuntos que ya parecían haber firmado el armisticio de paz?

Una vez más, el diario Mundo Deportivo hace un flaco favor al periodismo de verdad, a ese en el que se contrasta la información y en el que se contrastan las fuentes. Habría que preguntarse si en esa noticia se cita en algún momento a alguien del vestuario o del entorno del club culé para confirmar la información en la que se podría deducir que ese jugador es lo más parecido a un carnicero.

Con todo ello, lo que está claro es que la prensa catalana se equivoca totalmente tomando a Xabi Alonso como epicentro de las críticas en lo poco que llevamos de temporada. Insustituible, respetuoso, elegante, competitivo... reúne todas las cualidades que debe tener un súper clase de talla mundial, aquellas que le han confirmado como uno de los líderes del Madrid junto a Cristiano, Casillas y Ramos. Siempre estuvo ajeno de todas las polémicas y de los lances que hubo en el pasado contra el FC Barcelona. A lo largo de los dos últimos años, pude constatar, a través de la opinión de muchos jugadores tanto de primera como de segunda división que el donostiarra era un ejemplo a seguir no sólo por lo que hacía en el campo, sino por su actitud fuera de él. Tampoco hay rastro, en ninguna declaración o lance de un momento del juego, de que los jugadores del Barcelona hayan mostrado su repulsa hacia la persona de Xabi Alonso.

Lo mejor que podría pasar en el próximo partido es que Xabi siga jugando como lleva haciendo en los 3 años que lleva militando en el Real Madrid. Tres temporadas en las que se ha ganado el respeto de todo el madridismo y de muchísimos aficionados al fútbol. Y estoy seguro de que los jugadores del Barcelona, los que presuntamente odian al jugador vasco, también admiran muchas de las cualidades que tiene este sensacional futbolista.


sábado, 18 de agosto de 2012

EL PODER DE LA AMBICIÓN

Javi Martínez y Fernando Llorente tienen pie y medio fuera del Athletic de Bilbao. Ambos son militantes del equipo casi desde que tenían uso de razón (aunque Javi se incorporó con 17 años), dónde han mamado la excepcional filosofía de cantera por la que "los leones" se ha caracterizado a lo largo de su historia. Ellos han contribuido, de forma notable, a alcanzar el gran momento que ha vivido el Athletic en los últimos años, un tiempo que transcurre desde aquel toqueteo con el infierno de Segunda División a las aún recientes dolorosas derrotas en las finales de Copa del Rey y Liga Europa.

Sin embargo, y por cosas del destino, el periplo de estos dos campeones del mundo en San Mamés parece haber llegado a su fin. El fútbol, gigante que ha devorado la moralidad de muchos deportistas, también ha conseguido que muchos sucumban antes el poder de los contratos millonarios extendidos por los gigantes del fútbol europeo. Y lo que antes era impensable, con el sentimiento por un escudo forjado a fuego en la piel, ahora todo lo puede. Pero existe algo que creo que los jugadores valoran aún más que esos extraordinarios contratos y esas nóminas cargadas de ceros en sus cuentas bancarias. Es esa sensación de perdurar en el recuerdo de la afición de un equipo por una memorable actuación en un partido de Champions o esa sensación de poder levantar un título de Liga y de combatir cara a cara cada martes o miércoles de noviembre contra los mejores jugadores del mundo en la Champions League. Y todo eso nunca lo podrán lograr en el Athletic. Es la necesidad de integrarse en los mejores equipos del planeta y de formar parte de la historia del fútbol lo que impulsa a muchos futbolistas a tomar decisiones que aunque les puedan doler, son necesarias para satisfacer sueños e ilusiones incumplidas. Es lo que yo llamo el poder de la ambición.


Y un reflejo de este abanico de sentimientos encontrados es lo que ahora abruma a Llorente y Martínez, cuyo futuro parece estar ligado a la Premier, Calcio o la Bundesliga. Ambos, con más de 30 partidos de media disputados por temporada en Primera División, dejarán a nuestra liga huérfana de dos de sus mejores y más prometedores futbolistas, pero con la conciencia tranquila sabiendo que hicieron todo lo que pudieron para intentar llevar al Athletic a lo más alto.

Hablo como aficionado al fútbol y como periodista. Sinceramente, creo que despliego estas palabras con total objetividad, analizando lo que han sido estos dos profesionales en los últimos años para el fútbol español y para San Mamés. Por eso, lamento mucho el tener que haber visto en televisión semejante disparate. Creo que la afición del Athletic no está representada por esta cuadrilla de energúmenos, pero dejan en muy mal lugar a unos seguidores que deberían estar agradecidos al trabajo de estos dos jóvenes futbolistas.

Éste es el enlace. Si no lo podéis cargar, está en as.com
http://www.as.com/futbol/articulo/punado-hinchas-meten-javi-llorente/20120818dasdaiftb_36/Tes


martes, 7 de agosto de 2012

BOLT SIGUE SIENDO BOLT


Desde aquel 16 de agosto de 2009 en el que Bolt reventó todos los registros posibles en el Mundial de Berlín, el camino para repetir la hazaña de los JJOO de Pekín con un nuevo Oro en los 100 metros de estas olimpiadas ha sido una agotadora carrera de obstáculos para él. Sus problemas musculares en la espalda, su falta de mejora en la arrancada, la irrupción de su compatriota Blake y su fracaso en Daegu (donde fue descalificado), hizo que muchos creyesen que el relámpago había perdido esa impecable supremacía que le hacía inalcanzable para cualquier otro atleta del planeta.

Pero Bolt es diferente al resto. Tiene algo que le hace estar a la altura de los grandes deportistas de la historia como Phelps, Íker Casillas o Michael Jordan, al ser poseedor de un gen competitivo que le hace aparecer cuando más se le espera y necesita. Así, y como ya ha ocurrido en otras ocasiones, el jamaicano siguió sumando primeros puestos en las rondas previas a la final con una excesiva tranquilidad que hacía presagiar que lo mejor estaba por llegar.



Y efectivamente, Bolt volvió a sorprender a todo el planeta con un nuevo récord olímpico (9,63 segundos) que mejoraba en 6 centésimas su anterior registro olímpico en Pekín. “Voló” durante los 100 metros hasta alcanzar una velocidad de 45 kilómetros por hora. Sin embargo, hubo una enorme diferencia respecto a la prueba que se disputó en el estadio “Nido de Pájaro” de Beijing: Bolt tuvo que emplearse a fondo, y esta vez no pudo bajar los brazos ni mirar hacia los lados celebrando una nueva victoria. La dura competencia de Blake, Gatlin o Gay demostró que, pese a que Bolt sigue estando por encima de sus rivales, su superioridad ya no es tan aplastante. Se podría decir que sigue siendo el mismo, pero ha pasado de ser un extraterrestre a ser sobrehumano.

Es por eso que el relámpago sigue agrandando su leyenda. Esa por la que se le recordará en los Anales de la historia del olimpismo como el atleta que rozó la perfección y el que rompió todos los récords habidos y por haber, un portento físico que cercó los límites del ser humano (los 9,50 segundos) que, según los expertos, ningún hombre logrará batir jamás en una carrera de 100 metros. ¿Su siguiente reto? Conseguir un nuevo Oro en la prueba de 200 metros q permita igualar los 5 oros que consiguió el finlandés Nurmi en los JJOO de París´24. La cuestión es saber si esta vez logrará también batir su propio récord en esta prueba.